Saturday 14 August 2010

10 de Agosto - NY

Suena la alarma a eso de las 8.30 de la mañana y otro largo día por delante que como primera parada tenía el memorial de John Lennon en el lugar donde fue asesinado para luego visitar el gran pulmón verde de la ciudad, Central Park, donde tanto ardillas como mapaches cohabitan con neoyorquinos que practican yoga o boxeo.

Al cruzar el frondoso parque llegamos al Upper East Side, zona donde una hilera interminable de limusinas y demás coches lujosos esperan a sus adinerados clientes y donde pudimos disfrutar de un magnifico quinteto de voces negras acompañadas de un contrabajo que nos deleitaron con un Stand by Me y un The Lion Sleeps Tonight, simplemente de forma sublime.


Tras volver a patear la quinta avenida, visitar tiendas de todo tipo y comernos una ligera ensalada nos dirigimos al archiconocido barrio de Brooklyn recomendados por Steve, dueño y compañero de piso de Sandra.


Bajamos en la parada de metro de Bedford, zona de residencia de cantidad de modernillos neoyorquinos. Allí encontramos un acogedor bar con terraza sombría, Juliette, que nos sirvió para aliviarnos del agobiante calor pero que desde luego no se hará popular por los cocktails que sirven.


Con intenciones de llegar al puente de Brooklyn, recorrimos las calles de Brooklyn con la sorpresa de que cruzamos un enorme barrio totalmente de judíos ortodoxos donde autobuses escolares, patios y parques estaban repletos de niños con tirabuzones, pantalones con tiras blancas y típica gorra judía y en las calles se reunían grupos de hombres y mujeres siempre por separado con sus barbas, atuendos y pelucas características de esta sociedad.


Por fin llegamos al famoso puente de Brooklyn para avistar y disfrutar de la puesta del sol y el posterior alumbramiento del precioso skyline neoyorquino y para finalizar el día y nuestra visita a la ciudad de los rascacielos nos dirigimos a otra de las zonas emblemáticas de la ciudad, Times Square, una explosión o derroche de luces que saturan de manera publicitaria a sus viandantes, para que se hagan una idea 50 veces el Picadilly Circus londinense.


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