Wednesday 18 August 2010

15 de Agosto - Denver

La que iba a parecer una noche apacible con temperaturas menos bochornosas que las vividas en NY y Chicago y con aparente tregua por parte de los mosquitos estadounidenses que por algún motivo nos declararon la guerra nada mas salir de NY se convirtió en una noche donde unas simpatiquísimas chicas estadounidenses quizá por parecer jóvenes hambrientos dormitando en el parking de un hotel de carretera, nos arrojaron un puñado de patatas fritas para que pudiéramos seguir con fuerzas nuestro largo viaje. Les aseguro que por su apariencia física ellas no pasaban hambre.

La noche siguió placidamente hasta el amanecer. Fue entonces cuando nos dimos cuenta que se nos había agotado la batería del coche. Milagrosamente, después de desayunar en el Mc Donalds el coche volvía a funcionar, eso si, con unas cuantas luces de motor, batería y tracción que se nos encendían en el panel. Sinceramente, creemos que las patatas fritas hicieron mella en el nivel de colesterol del coche y nuestro querido Dodge Grand Caravan (ver foto) se quedó en las últimas.


Dicho esto, y teniendo en cuenta que disponíamos de un seguro de coche que lo cubre todo, decidimos seguir nuestro viaje hasta el aeropuerto de Denver, lugar donde nuestro coche iba a ser revisado. En ello tardamos alrededor de 10 horas, ya que, deambulamos perdidos por el estado de Kansas entre trigales durante más de dos horas. ¡¡¡Y menos mal que tenemos GPS!!!


Con 2.400 millas acumuladas desde que partimos de NY, al fin, llegamos al Aeropuerto Internacional de Denver, lugar donde otra vez pusimos en práctica nuestras habilidades a la hora de reclamar, o más bien, las de Ángel. Allí nos ofrecieron un coche de gama superior, un todo terreno GMC por las molestias causadas, pero no nos pareció suficiente, ya que, el respaldo de uno de los asientos delanteros no funcionaba bien, por lo que volvimos a reclamar, y de este modo conseguir un enorme todo terreno de lujo, el Chevrolet Suburvan, coche de la mayoría de los agentes del FBI y con el cual podríamos ridiculizar hasta al mismísimo Chuck Norris.


Más chulos que nadie, aterrizamos nuestra nave en casa de Matt y Flory, quien hace 8 años fue compañera de muchísimas aventuras y desventuras durante la estancia de un año que Ángel tuvo en Denver.


La encantadora pareja, nos recibió junto a Betty, mami de la familia; Gibbi, hermana de Flory y con una sabrosísima cena que hacía honor al origen dominicano de la familia, que por cierto nos supo a gloria. Arroz con guandules, ensalada de aguacate, queso con guayaba, acompañados de frijoles dulces como postre.

Tras una divertida y amena charla familiar en la que recordamos tiempos pasados el día acabó compartiendo risas y juegos con Matt.

0 comments :

Post a Comment